Descripción
A través de este Rosario bíblico y de la mano de nuestra Madre Santísima nos iremos sumergiendo en el misterio salvífico de Jesucristo, que se irá manifestando a nuestra oración como el Mesías, el Hijo de Dios, el Enviado del Padre, el Salvador, el Señor, hecho hombre como nosotros, menos en el pecado (cfr. Hb 4, 15), por quien tanto nos amó el Padre (cfr. Jn 3, 16).
Recorrer este camino de contemplación, simple, sosegado, iluminado por la Palabra de Dios, traspasado por la mirada dulce de María, nos permitirá también escucharlo a Él en obediencia de fe, y acoger con acción de gracias su designio salvífico, que es también alianza de amor con cada uno de nosotros, sus hijos amados, en el hoy de la historia y de nuestra historia personal.
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