Descripción
El crecimiento empieza donde la acusación termina
El sentimiento de culpa. La conciencia dudosa/errónea y los escrúpulos
Nuestra mente, como enseñó Adler, es «una red de subterfugios». Usando el símbolo de la red, quedan atrapados entre otros, pensamientos y sentimientos de culpa, a veces asumidos y otros no. Claro está que todo depende desde dónde los reconocemos. A veces desde la conciencia moral (podemos distinguir lo bueno de lo nocivo) y en otras ocasiones los podemos llegar a reflexionar desde la conciencia religiosa (Gaudium et Spes 16) que consiste en «escuchar la voz de Dios» básicamente manifestada en su Palabra.
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