Descripción
Nuestra esperanza no se sostiene en razonamientos, previsiones y garantías humanas; y se manifiesta allí donde no hay más esperanza, donde no hay nada más que esperar, precisamente como sucede para Abraham, frente a su muerte inminente y a la esterilidad de su mujer Sara. Se acerca el final para ellos, no podía tener hijos, y en esa situación, Abraham creyó y tuvo esperanza contra toda esperanza.
Sí, porque no se funda en nuestra palabra, sino sobre la Palabra de Dios. También en este sentido, entonces, estamos llamados a seguir el ejemplo de Abraham, el cual, aun frente a la evidencia de una realidad que aparece destinada a la muerte, se fía de Dios «Con pleno convencimiento de que poderoso es Dios para cumplir lo prometido» (Rom 4, 21).
Papa Francisco, audiencia general del 29 de marzo de 2017.
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