Descripción
Hay historias que se ubican justo en la delgada línea que separa lo real de lo imaginario. Así son las historias de Navidad.
Para quien se deja alcanzar por la maravilla del Amor infinito que se manifiesta en ella, toda magia resulta posible; porque, en definitiva, la única magia que transforma todo de la nada, se llama amor.
Hay algo que nos conmueve de la Navidad, más allá de la profundidad, o no, de nuestra fe: y es que la experiencia de ternura y desamparo del niño del pesebre, esa mezcla de perfecta inocencia con extrema necesidad, es algo que todos hemos experimentado. La experiencia de ese Dios Niño envuelto en pañales, es una vivencia que todos conocemos por experiencia propia. He ahí la maravilla de la cercanía de Dios con nosotros que nos invita a comenzar de nuevo y llenarnos de esperanza.
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